domingo, 18 de junio de 2017

Corpus Christie



18/06/2017
[Corpus]
Dt 8, 2-3. 14b-16a
Sal 147, 12-15. 19-20
1 Cor 10, 16-17
Jn 6, 51-58
Todos comemos del mismo pan. Es la boca de Dios la fuente de la que mana su Palabra, el alimento que se nos ofrece sin reserva alguna. Del cielo bajó hasta nosotros, porque por lejos que queramos situarla, la Palabra rompe toda barrera y nos alcanza siempre en la sencilla cotidianidad que nos rodea: pan, vino.
El don que es la Palabra se trabaja a sí misma y consiente en ser trabajada de modo similar a como el pan y el vino se dejan trabajar para ser lo que son a partir de unas sencillas semillas. El trabajador transforma la materia en alimento; la Palabra se transforma para hacerse cercana al hombre, digerible, y para unirse a él en la recóndita intimidad de su interior. En su corazón el hombre descubre la raíz de la unidad que le hermana con el universo entero. Dios mismo, hecho Palabra, consintiendo en ser parte del hombre en una intimidad fraternalmente compartida que se descubre a sí misma llamada a encarnar un mismo Espíritu que supere cualquier barrera física, social, política o religiosa.
No queda ya sitio para palabras o alimentos caducos. Tan sólo una es la Palabra que puede expresar al Padre, como es tan sólo uno el alimento que puede saciar el hambre y la sed de la humanidad. A la radical unidad entre los hombres, entre estos y la naturaleza y entre estos, la naturaleza y Dios le damos el nombre de Comunión y se construye sobre la mutua entrega; la de Dios a la creación, la de la ésta al ser humano y la de unos hombres a otros, sin reserva alguna y en una continua acción de gracias por lo recibido y por lo construido.
Dios permanece entre nosotros porque su Palabra nos habita y nosotros habitamos en ella. El camino que ella hace para alcanzarnos se nos revela como el mismo camino que nosotros estamos llamados a recorrer para alcanzarle a él. El camino es nuestra morada. El cuerpo del hermano, la custodia donde reconocemos al Dios Vivo.

1 comentario:

  1. Y sus ojos, imantados, llenos de vida, van dando forma al Amor...
    "Haced esto en memoria mía"

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