sábado, 27 de diciembre de 2025

DONDE NADIE SUFRA. Domingo I de Navidad

 

28/12/2025 – Donde nadie sufra

Día de la Sagrada Familia

Si 3, 2-6. 12-14

Sal 127,1-5

Col 3, 12-21

Mt 2, 13-15. 19-23

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Los Santos inocentes

1Jn 1, 5 - 2, 2

Sal 123, 2-5. 7b-8

Mt 2, 13-18

 

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El libro de Sirácida es una reflexión profunda sobre la vida, a la que muchos ven como un absurdo. El autor va desgranando orientaciones que él considera importantes. Como nadie se toma la molestia de aleccionar sobre lo que ya es una realidad, podemos suponer que nuestra primera lectura de hoy es el encarecido encargo por alcanzar lo que se consideraba una vida familiar sana. Está, a todas luces, inspirada en el cuarto mandamiento del decálogo y presenta los beneficios que proporciona un verdadero respeto a los mayores. Ha añadido, además, la afirmación de que “la limosna” de los padres repercutirá en beneficio de los hijos que es la variante positiva de la célebre retribución genética que todavía Jesús discutió en los evangelios. El salmista nos presenta la bendición de Dios como motivo de prosperidad y vemos que la convicción del momento aseguraba que la familia y sus componentes eran, sin paños calientes, objetos que premiaban al varón que temía al Señor.

Siglos después volvemos a encontrarnos a José soñando. Los sueños, ya dijimos, indican una intervención directa de Dios. En esta ocasión pone a Jesús y a sus padres a salvo y revela el motivo de su procedencia galilea. Sigue siendo el cabeza de familia quien toma la decisión pues otra cosa habría sido impensable en el mundo judío del siglo I. Este librarse del peligro tuvo, como sabemos, la contrapartida de una masacre que, por un lado, conectaba a Jesús con Moisés poniéndoles en continuidad y, por otra, dejaba claro de lo que el corazón humano es capaz cuando se obstina en perseguir sus propios intereses. Contra ese movimiento egoísta, la carta a los Colosenses presenta un ramillete de comportamientos en el que, finalmente, incluye también a las familias, pero en esta ocasión, contrariamente a lo ya visto, da protagonismo a todos sus miembros; cosa que, si era necesario predicarla, tampoco debería ser algo habitual. Ningún cambio es sencillo.

La familia no es una realidad clausurada, pues a su vitalidad hay que agradecer la incipiente formación de individuos que serán capaces de dedicarse al bien común. De forma progresiva se irán ampliando los círculos sociales y se descubrirán nuevas familias que serán también terrenos fértiles y espacios de celebración y merecen la atención y tutela de todos para que no puedan llegar a producir daño. Las relaciones familiares deben basarse en el respeto y la proexistencia; son todo lo contrario al egoísmo y, desde esta perspectiva, son modelo y escuela para todas y todos. Pero, precisamente por descuidar esta naturaleza esencial pensando que, como apunta Juan, se estaba ya en lo correcto, han causado a lo largo de la historia heridas profundas en miles de inocentes. Inocentes son quienes padecen por sufragar el coste de un progreso que beneficia a otros; las y los prescindibles; quienes mueren cuando unos pocos se ponen a salvo; quienes deberían recibir amor y respeto, pero encuentran todo lo contrario... Jesús habló de una nueva familia universal que no podía regirse ya por las normas que habían servido hasta entonces. Nos llama a crear una nueva familia que, superando convenciones, territorios, creencias y orientaciones cuide de todos y no lastime a ningún inocente, sea adulto o infante. No existe verdad cierta que deba imponerse a cualquier precio. Nazaret no es un escondite; es el lugar donde se hace real la predilección y el especial cuidado de Dios a los últimos que canta el salmista. Allí brota una nueva relación que incluye a todos y no permite que nadie pague los platos rotos en solitario.  

 

Juan Rodriguez y Lucas Giraldo, Relieve de la matanza de los inocentes en el trascoro de la catedral de Ávila 


  


 

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