miércoles, 27 de marzo de 2024

LA PERSPECTIVA DE DIOS. Jueves Santo

28/03/2024

La perspectiva de Dios.

Jueves Santo.

Éx 12. 1-8. 11-14

Sal 115, 12-13. 15-16bc. 17-18

1 Cor 11, 23-26

Jn 13, 1-15

Si quieres ver las lecturas pincha aquí 

En aquellos lejanos tiempos el Éxodo todo comenzó a cambiar. El pueblo se hizo consciente de que Dios estaba pendiente de él y fue invitado a dejar atrás todo el pasado de esclavitud. Pero no debían llevar nada con ellos y aún la cena final debía tomarse a toda prisa pues lo nuevo llegaba de inmediato. Lo nuevo era la liberación por tanto tiempo esperada y este nuevo estado de vida no admitía nada de lo anterior. Nada de lo antiguo tenía sitio en un nuevo mundo sin primogénitos; sin herederos. El orden de transmisión había sido anulado y todo comenzaba desde cero. Por eso el cordero o el cabrito debían ser consumidos por completo. Su sangre era la señal de esa consumación. En honor del libertador alza su copa el salmista que se reconoce en deuda con él; por ello le ofrecerá un sacrificio de alabanza y cumplirá sus votos en presencia de todos. De ahora en adelante, él será la única autoridad reconocida y la herencia será la misma para todos. El pueblo elegido revela al mundo el final de los privilegios. En su historia deberá poder leerse la equidad universal.

Pero tras los siglos se hará necesaria la insistencia en ésta y otras cuestiones. Jesús persiste en la necesidad de este cambio de perspectiva. El mundo debe verse según los ojos y la actitud del propio Dios. El resultado es que todo termina prácticamente al revés de lo acostumbrado, pues sin tenerle en cuenta todo se desenvuelve de forma muy diferente. Que Dios es amor ya lo hemos dicho muchas veces y el amor consiste en buscar la felicidad del otro; en servirle para que sea ella o él mismo de la mejor forma posible. Jesús nos invita a limpiarnos los pies unos a otros, es decir a limpiarnos mutuamente las impurezas que se nos pegan en el camino, de una forma amorosa y fraternal: servicial, que no servil.

Esta es la perspectiva de Dios; es la forma nueva de relacionarse y de comprender el mundo como una realidad no limitada a nuestra inmediatez, sino abierta a una transformación absoluta. En esta nueva comprensión el pan y el vino son señal de nuestra contribución personal. No existe la magia que alivie el dolor del mundo. Está en nuestra mano colocar al mundo en una posición en la que ese dolor se extinga y todos podamos alzar la copa como el salmista con la intención que Pablo les recuerda a los corintios. En la medida en que esta intención se hace real en nosotros nos acercamos a nosotros mismos. Todo esto no nos llega desde lejos. Nuestra naturaleza humana descubre que esta nueva lógica es la única capaz de calmar su sed. Somos en un permanente camino hacia lo que verdaderamente somos.

Existen, sin embargo, dolores inevitables: ausencias que desgarran el alma y a las que solo esa visión desde el ángulo de Dios puede darles sentido. Todo aquel o aquella que parte sigue morando en nosotros porque en lo que somos habita el amor con el que nos amó y el amor nunca muere. No nos queda una herida  vacía, sino el espacio en el que podemos percibir ese amor como abrazado ya a la plenitud. A esa transformación la llamamos resurrección (Anastasis) y es destino universal porque todos estamos llamados a ponerlo en práctica desde ya: amar como nos amó. El destino no es el punto final, sino la realidad que elegimos vivir alentados por la vida de quien nos amó. Somos amando. 

 

Sieger Köder (1925-2015) Lavatorio de los pies

 

 Para Toña, Carlos, Karolina y Violeta y demás familia. Un abrazo.

 

 

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