sábado, 10 de febrero de 2024

NIVELARSE. Domimgo VI Ordimario

11/02/2024

Nivelarse.

Domingo VI T.O.

Lv 13, 1-2. 44-46

Sal 31, 1-2. 5. 11

1 Cor 10, 31 – 11, 1

Mc 1, 40-45

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Casi cualquier afección de la piel podía identificarse con la lepra. En ocasiones la infección sanaba, pues era en realidad cualquier otro mal cutáneo pasajero. Entonces los sacerdotes podían decretar su extinción y la persona era readmitida en el grupo del que, como medida profiláctica, había sido excluida. Otras veces la dolencia resultaba ser verdadera lepra que no remitiría y, en aquella época, terminaría matando irremisiblemente al enfermo después de desfigurarlo. Esa lepra que sana es presentada en la tradición bíblica como un castigo de Dios a Miriam por su cuestionamiento hacia el matrimonio de su hermano Moisés con una extranjera desconocida. Su caso será utilizado como base para la legislación referente a la enfermedad. Este texto del Levítico pertenece a esa legislación. Mediante la enfermedad, el pecador purgaba sus culpas y en este sentido el salmista se alegra de haber sido ya absuelto.

No sabemos si el leproso que se acerca a Jesús es de los que sufrían alguna infección pasajera o de los que padecían por la lepra verdadera pero Jesús permite que se le acerque. Los manuscritos más antiguos no dicen que Jesús se compadeciese del enfermo, sino que se enfureció. Los exégetas se dividen entre quienes opinan que su enfado se dirigía a la enfermedad, por torturar al pobre hombre, o al propio enfermo por acercarse poniendo en peligro a la gente sana que le acompañaba. Una lectura moderna podría decir que se enojó con la inhumanidad de quienes condenaban al paciente al ostracismo. En cualquier caso, Jesús es capaz de modular el sentimiento que surge en sus entrañas y hacer algo provechoso con él. Se conmueve, no sabemos en qué sentido, y termina sanando al enfermo. Esta acción es, sin duda, misericordiosa y concuerda con el texto actual pero es también una enmienda a la antigua legislación. El rechazo humano que Jesús pudiera sentir es subsanado por la divinidad que en él palpita. El impuro no debe exiliarse, la misericordia puede tocarle si no se esconde. Esa misericordia es precisamente la que Pablo quiere extender y poner al alcance de todos. Por eso se acerca a todos y con todos encuentra como confraternizar. No es ligereza sino superación de todas las cautelas que preservaban a los elegidos pero abandonaban a su suerte a los demás. Quería poner a Jesús al alcance de todos, hacerlo comprensible, porque buscaba el bien de todos antes que cualquier otra cosa.

Para los seguidores de este Jesús que se deja alcanzar nos queda claro, en primer lugar, la necesidad de vencer cualquier respeto humano y colocar en el centro a cada persona concreta. Será menester, a continuación, tocar la impureza y la miseria, no conformarnos con conocerla de oídas ni mucho menos condenarla, sino abrazarla antes de la desesperación. En tercer lugar, se requerirá cumplir lo prescrito para que pueda reconocerse el cambio; así, el recelo será para quien solo supo sospechar y apartar. Finalmente, habrá que guardar silencio porque querer recoger méritos nos coloca en un lugar elevado, alejado de la fraternidad que Jesús proponía. Todo mensaje está necesitado de actualizaciones, también el de Jesús porque se va expresando en palabras humanas y cada generación libra sus propias batallas. Actualización es lo que propone Pablo, sin perder de vista que para Jesús todo se expresaba en la cercanía y en ponerse al nivel del otro. 

 

Nivelarse. Jesús cura a un leproso (Fotograma de The Chosen)

 

2 comentarios:

  1. Gracias me alegras el alma cuando leo tu mensaje d el Evangelio

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