18/08/2017
Un amigo me hace llegar esta Oración ante el terror que me tomo la
libertad de copiar y modificar ligeramente
Tengamos presentes, en primer lugar, a los fallecidos. Por sus historias truncadas, por ser víctimas de una violencia
terrorista absurda. Por todo el dolor que esas muertes repentinas dejan atrás.
Tengamos presentes a los heridos de
distinta consideración, que habrán de lidiar con las secuelas físicas y con las
del horror experimentado en esos minutos de pánico y muerte.
Tengamos presentes a los familiares y
amigos que se ven obligados a afrontar las consecuencias de este terrorismo
salvaje.
Tengamos presentes a los fanáticos que
creen que la violencia consigue algo; para que abran los ojos, el corazón y la
entraña a una lógica que no se basa en el odio o la destrucción.
Tengamos presentes a quienes tienen que
intentar que esto no ocurra o remedir, en lo posible, sus efectos: autoridades, fuerzas de seguridad, personal sanitario, voluntarios...
Que sigan haciendo su trabajo con convicción, con paciencia, con generosidad y
con perseverancia, aunque a veces el agresor consiga golpear.
Tengamos presentes a todas las gentes de
paz que, ante esto, serán señaladas injustamente, por entrar en una etiqueta,
una categoría, o una adscripción religiosa.
Tengamos presentes a todas las víctimas
inocentes que nuestro mundo genera, aquí o en cualquier lejano rincón, por causas similares o por la pasividad de quienes podrían evitarlas.
Tengámonos presentes también a nosotros
mismos, para que no olvidemos que estamos inmersos en ese mismo mundo y en la cadena de sentimientos, acciones y reacciones que lo van construyendo, que
nuestra realidad cercana es también reflejo de nuestro propio corazón y que el
primer paso para transformarla siempre debe ser el nuestro, el de cada uno, en
su propio lugar y para que no cedamos ante el odio y el miedo y hagamos de
nuestro clamor por la paz camino y resultado.
Amén, es decir, confío en la voluntad y coraje del ser humano de dejarse guiar por la luz divina que lo habita para poder transformar activamente esta realidad.
Ayúdanos Padre Madre Bueno, a dejarnos solo en ti.
ResponderEliminarQue desde nuestra fragilidad y en el instante, las manos sean abiertas y compasivas que nuestros oídos escuchen y descubran la profundidad cercana de las situaciones que vivimos para hacer tu voluntad de Paz, que nuestros ojos vean caminos de luz para todos y que nuestras bocas permanezcan en el Santo Silencio a la espera de pronunciar palabras de Vida...Amén